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Una historia real




En el año 2001 fui a trabajar a Veracruz, por lo que necesitaba una casa para rentar, un primo mío se ofreció amablemente a prestarme su casa sin pagarle renta, sólo tenía que pagar el mantenimiento de ésta.


La casa era nueva de interés social, el fraccionamiento por igual, era nuevo, sólo una pequeña parte de las casas estaba habitada, pero la que yo habitaría estaba entre una fila de casas desocupadas sólo la casa de atrás estaba habitada… era de dos pisos, me instalé, no tenía muebles, sólo una cama, unos walkman conectados a unas bocinas de computadora, un ventilador, y abajo en la sala comedor y cocina sólo había un librero vacío, por lo que yo sólo llegaba a dormir después de mi jornada de trabajo.

Con el paso de los días antes de bañarme prendía los walkman para escuchar la radio en FM mientras me duchaba, de pronto se apagaba, y a los pocos segundos se prendía pero en otra estación de AM… los primeros días no le dí importancia pero sí me extrañaba el cómo sucedía porque el aparatito necesitaba de un botón de presión para cambiar de una estación a otra, forzosamente se necesitaba que alguien lo cambiara.

Pronto comenzaron a pasar más cosas, cuando no tenía ganas de comer en la calle, compraba algo y me sentaba en la escalera de la casa y ahí cenaba tranquilamente, pero comenzaba a sentir muchos escalofríos del lado derecho casi siempre, se me erizaba la piel.

Pocos días después, un día por la tarde a la hora de la comida, me fui a dormir a la casa porque me sentía muy cansada, eran cerca de las 2:30 pm. Cuando ya estando dormida comencé a escuchar a un niño brincando descalzo, como si brincara sobre las escaleras de concreto, se escuchaba tan claramente que yo sentía que iban hacia la recámara de arriba donde yo dormía y pensaba que en cualquier momento alguien abriría la puerta, pero no, subían y bajaban la escalera brincando y se escuchaban las plantas de los pies de ese alguien, por lo que dije: ¡qué raro! pero si no vive nadie a los lados.
Intenté sacar conclusiones y la casa de atrás que estaba habitada no podría escucharse tan claramente porque sólo las unía el patio de lavado así que si alguien estaría brincando las escaleras tendría que hacerlo tan fuerte como para oírse justo en mi casa.

Pronto comencé a sospechar que hubiera algún fantasma y lo que hice una noche al llegar fue que empecé a gritar enojada y a decir cosas como: Ya sé que hay alguien en esta casa! Y de una vez les digo que ésta es mi casa, y a nadie se le ocurra molestarme porque lo voy a mandar a la &%$·/(%$.

Pocos días después le comenté a un amigo lo que sucedía y un buen día fuimos mi amigo y otra amiga a la casa a desayunar, igualmente nos sentamos en la escalera, pasados los días él volvió a ir a mi casa, ésta vez en la noche, cerca de las 8:00 pm. sentados en la escalera platicando, me dice: cierra la puerta (ya que estaba abierta la puerta de la calle por el calor), y le dije no! Hace mucho calor!, a los pocos minutos volvió a decir: cierra la puerta! Y volví a negarme, subí al baño, y al bajar la puerta estaba cerrada.
Todo tranquilo, nada pasó, pero luego con los días volviendo al tema mi amigo y yo platicábamos cuando él me dijo: Yo no quería decirte pero… hay alguien en tu casa y yo dije: Qué??? Dijo: si, no quise preocuparte pero… la primera vez que fui a tu casa vi a alguien sentado en una esquina de tu casa como si estuviera regañado, de momento no le creí, me reí pero le seguí preguntando; y tú como lo sabes? Y él dijo; he visto fantasmas desde los 14 años, y no querrás saber lo que yo veo.

Le pregunté cosas, me informó del cómo se comportan los muertos etc, y siguió diciéndome, también hay un niño como de 3 años, pero cuando estábamos en la noche platicando y te dije que cerraras la puerta otro hombre se metió, estaba parado ahí, te dije que cerraras y no lo hiciste, así que entró, me saludó y ahí están los 3, el hombre que está en la esquina sentado está ahí porque lo regañaste, incluso te puedo decir qué ropa traen.

¡Yo no podía creerlo! Y sólo le dije: ¿y ahora cómo los voy a sacar de ahí? Y me dijo que no podría sacarlos, que ellos viven ahí porque creen que ésa es su casa, algunas veces no saben que están muertos y siguen viviendo su vida como si estuvieran vivos por lo que cuando terminamos la conversación y yo tuve que irme a la casa me fui con todo el miedo del mundo, llegué y volví a gritarles que ésa era mi casa y que les prohibía molestarme.

Pasaron los días, sentía miedo a la hora de dormir pero lo soporté, la casa se sentía fría pero curiosamente sólo en la planta baja, tal vez puedan imaginarse el calor de Veracruz, y la planta alta estaba caliente pero cuando bajaba se sentía claramente el frío que invadía el cuerpo.

Una noche, al irme a dormir, faltaba poco para la media noche, y yo ya estaba dormida, cuando de pronto comencé a escuchar los brincos nuevamente, otra vez se escuchaba muy claro cómo un niño saltaba descalzo incansablemente, ésta vez justo en la recámara, justo alrededor de mi cama, por lo que el ruido me despertó, yo estaba boca arriba así que sólo abrí los ojos sin moverme para confirmar si en ese momento no estaba soñando, o era real lo que se sentía.

Así que esperé unos dos minutos estando inmóvil y los brincos se seguían escuchando, de pronto grité enojada! Y le dije con groserías que dejara de molestarme! Y en ese instante todo fue silencio, como si me hubiese escuchado y me quedé pasmada!

Y dije: Dios! Realmente hay alguien aquí! Intenté quedarme dormida y cuando lo había logrado “eso” volvió! y los brincos seguían! Volví a hacerlo! Volví a gritar enojada y diciendo groserías! Muchas groserías! Ya que mi amigo me había dicho que diciéndoles eso ellos se apaciguan, así que la primera vez funcionó, se quedó quieto lo que sea que estuviera ahí.

Pero la segunda vez que grité, volvió a callarse! Y supe que esa cosa me oía! Y a la vez me obedecía! De nuevo me llené de pánico pero ya no pude dormir pero a los 5 minutos volvió! Brincaba y brincaba, podían escucharse claramente las plantas de los pies saltando y saltando, así que ya no se callaba, seguía y seguía y lo que hice fue prender la luz, poner música pero ni así, eso se seguía escuchando!

Al día siguiente le conté a mi primo lo sucedido esa noche, ya lo había puesto al tanto, pero ese día le dije: “tus fantasmas no me dejaron dormir… fuimos ese mismo día por agua bendita a la iglesia, la eché haciendo oración por toda la casa desde adentro hacia afuera hasta la calle y nunca más volvieron a escucharse cosas, yo dejé la casa al poco tiempo y mi primo me contó que llevó unas canicas para ver si en algún momento cambiaban de lugar, si era así es porque ahí seguían pero no, nada pasó más, al menos no he vuelto a saber.

Poco tiempo después supe que ese fraccionamiento está construido sobre pantanos, donde hacía muchos años llevaban a uno que otro muerto ahí para que desapareciera.


Historia encontrada en la web.

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